Esta verdadera Dama Oscura de la poesía erótica nos deja una visión diferente del vampirismo; menos mitológica y más íntima, como si entre el espectro y la víctima existiese una irreverente danza de cortejo, cuyo final siempre es súbito, trágico; como todos los finales.
El Vampiro.
Delmira Agustini.
Delmira Agustini.
En el regazo de la tarde triste
yo invoqué tu dolor... Sentirlo era
Sentirte el corazón! Palideciste
hasta la voz, tus párpados de cera
Bajaron...y callaste...Pareciste
oír pasar la muerte...Yo que abriera
tu herida mordí en ella -¿Me sentiste?-
¡Como en el oro de un panal mordiera!
Y exprimí más, traidora, dulcemente
tu corazón herido mortalmente;
por la cruel daga rara y exquisita
de un mal sin nombre, ¡Hasta sangrarlo en llanto!
y las mil bocas de mi sed maldita
tendí a esa fuente abierta en tu quebranto
¿Por qué fui tu vampiro de amargura?
¿Soy flor o estirpe de una especie oscura
que come llagas y que bebe el llanto?
Delmira Agustini.
Fuente: http://elespejogotico.blogspot.com
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